" Los matrimonios con éxito no son aquellos que no tienen problemas, sino los que los solucionan." ANIBAL CUEVAS

miércoles, 29 de abril de 2009

DE LA TEORIA A LA PRACTICA.

Durante esta Semana pasada hemos estados muy unidos, hemos sentido muy de cerca el dolor en uno de los matrimonio amigos, que han experimentado el dolor, el amor, el cariño y la cruz del hecho desgraciado que todos conocemos.
Gracias Hugo y Jenny por elejemplo de fortaleza, fe y amor que nos habeís demostrado en este tiempo, vuestro caso -desgraciadamente- ha sido el mejor caso para todos nosotros, ver en la realidad todo lo que en este curso nos estaís dando.

Animo sigan con esta fuerza y ejemplo de vida, y demos gracias a Dios ya que parece que todo va hacia adelante y bien encaminado, seguimos rezando por vuestra pequeña. Todo el grupo sigue a vuestro lado.

consideraciones CASO 4

Si bien el caso 4 es un tema muy conocido por los matrimonios de Santa Cruz que participamos en la conferencia Magistral de Guillermo Fraile de la Univ Austral en la CAINCO. Sobre còmo ensamblar Familia y Trabajo, no deja de ser un tema para seguir profundizando ya que es uno de los grandes escollos donde el barco del matrimonio puede bararse. Por ello os dejamos con estas consideraciones y otros textos de apoyo que iremos sacando.
En la foto Guillermo F y su familia él
sabe cómo hacer posible esto

Uno de los más grandes desafios de trabajar y criar a una familia es tener tiempo y sentirse bien por el trabajo y la familia. No es fácil hacer juegos malabaristas con tres ocupaciones al mismo tiempo: trabajador(a), esposo(a) y padre/madre.
Será necesario trabajar en equipo para que las tareas familiares se lleven a cabo. Este trabajo de equipo podría involucrar a sus niños fácilmente.
Seleccione tareas de acuerdo a las habilidades de sus niños.
Cambie las responsabilidades... a nadie le gustará hacer la tarea más desagradable todo el tiempo, pero si todos toman turnos será mucho más fácil para cada miembro de la familia.
Comparta tiempo de alta calidad.

El uso de algunos valiosos minutos, junto a su familia, son dificiles de conseguir cuando se tienen programas de actividades muy rígidos. Estas horas o minutos compartidos deben ser en los que le brindamos la atención que merecen nuestros niños y/o familia. El autor Kay Kuzma en su libro titulado "Prime Time Parenting" nos invita a tomar ventaja del tiempo que compartimos como familia.

Venir del trabajo o de la escuela al final del día puede ser cambiado de "una noche de quehaceres domésticos rutinaria" a "una noche que empiece con un saludo cariñoso" y que continúe con terminar las tareas escolares o domésticas.
He aqui otras sugerencias para mantener una relación familiar de "alta calidad":
Piense en su familia, inclusive si ellos no están cerca en ese momento, hágaselos saber al final del día. Saber que alguien piensa en nosotros nos hace sentir queridos e importantes.
Tómese el tiempo para acercarse a esa persona en la que usted estaba pensando.
Hable con su familia por teléfono durante el día. Llámeles a la hora de su descanso o del almuerzo y hágales saber que usted piensa en ellos.
Converse con su familia a la hora de la cena y mantenga contacto con la vista mientras habla con ellos.
Mantenga contacto fisico con su familia. Un beso en la frente, un golpecito en la espalda o un abrazo les hace saber que son importantes para usted.
Piense bien sobre las expectativas y actitudes, y en cuanto a las tareas que se necesitan llevar a cabo. No mida cuánto vale usted como persona en términos de cuántas tareas puede efectuar. Haga de esas horas, minutos o segundos compartidos con su familia un momento extra especial.
Adaptado al Español por German Cutz, Especialista en Programas de Extensión en Español. Extensión de la Universidad de Illinois.

viernes, 17 de abril de 2009

textos de apoyo: Amor conyugal: ¿se casaron y vivieron felices para siempre?

Amor conyugal:
¿se casaron y vivieron felices para siempre?
Muchos de los cuentos de nuestra niñez terminan con la frase “se casaron y vivieron muy felices”. La realidad es otra, el matrimonio es una estación de partida de algo que puede ser maravilloso, increíble y grandioso, pero lamentablemente en ocasiones no siempre es así.

Muchos de los cuentos de nuestra niñez terminan con la frase “se casaron y vivieron muy felices”. Señalaban la boda como la estación final de un largo viaje.
La realidad es otra, el matrimonio es una estación de partida de algo que puede ser maravilloso, increíble y grandioso, pero lamentablemente en ocasiones no siempre es así.
Alguien ha dicho que el amor a primera vista no tiene nada de extraño, y que el verdadero milagro es el amor que dura toda la vida.
¿Será así? ¿Por qué unos matrimonios perseveran y otros no? ¿Por qué la infelicidad en tantos matrimonios?
Intervienen muchos factores, las causas son muy variadas:
  • a) La diferencia entre la expectativa y la experiencia: el matrimonio se convierte en un depósito de sueños e ilusiones. Lástima, pero ni tú eres María, ni tu marido San José, ni tus hijos son precisamente la reencarnación del rubio rabí de Galilea.
  • b) Una mala elección, falta de sinceridad, inmadurez, factores que vician de origen el matrimonio.
  • c) Vivir un espejismo del amor, no el amor auténtico.
  • d) Dejar morir el elemento clave, central de todo matrimonio: el amor conyugal
1.- Espejismos del amor
Es necesario saber con claridad qué es el amor y qué no es el amor. Un espejismo es una ilusión de la imaginación que no tiene fundamento en la realidad.
Conformarnos con un espejismo es renunciar a la verdad, renunciar al amor auténtico.
Es como si yo fuera a construir un crucero y me dijera: a mí me gustan con cabina ancha, ventanas grandes (para apreciar las olas), camarotes amplios, de poco calado y sin botes salvavidas (ocupan mucho espacio, son antiestéticos y no son necesarios, no se va a hundir mi barco).
Lo pinto de blanco y azul, y rompo una botella de champaña para bautizarlo con el nombre de Endless Love, amor eterno.
Invierto dinero, tiempo, ilusión y esfuerzo, y el día que queda listo las invito a todas ustedes a la travesía inaugural.
Quizá alguna me preguntaría:
- Y eso, ¿flota?
- ¡Claro que sí, ha sido el sueño de mi vida!
- Y, ¿has tomado en cuenta las leyes de la navegación?
- ¿Las leyes de qué?
Lo más probable es que mi barco esté listo para la fotografía, pero no precisamente para navegar. Para que un matrimonio llegue a buen puerto es necesario construirlo con base en las leyes del amor, y no contentarse con espejismos.
  • a) El amor no es un sentimiento: es frecuente confundir el enamoramiento (que sí es esencialmente afectivo) con el amor, que es esencialmente espiritual. ¿Por qué el amor no es meramente un sentimiento?
Para empezar, porque ni tú ni yo somos libres de sentir; sólo somos libres de consentir, encauzar, orientar esos sentimientos. Se ama porque se quiere amar.
El sentimiento es algo que nos pasa, somos pasivos; el amor es una opción personal, somos activos.
Sentir no es querer. El sentir que se quiere es afecto. El amor, además de afectos, tiene efectos: hechos, actos de la voluntad. Si sólo hay afectos no hay amor, sino puro sentimentalismo inestable. Puede haber amor sin sentimiento y sentimiento sin amor.
El enamoramiento sí es un estado emocional, no somos libres de enamorarnos. En palabras coloquiales podríamos definirlo como una alegre borrachera afectiva.
Entre sus principales síntomas están: el trastorno de atención, cristalización, admiración y deseo irresistible a estar con la persona.
Existe un doble desenlace del enamoramiento: la desilusión (tenía mejor lejos) y el amor (porque te conocí te elijo y actúo). Al sentimiento se suman la inteligencia y la voluntad.
Si el matrimonio se basa en el placer o provecho (aunque sea mutuo), el hombre y la mujer no estarán unidos más tiempo que mientras dure la fuente de tal placer. Será un buen negocio, pero jamás será un matrimonio, ya que se codifican el uno al otro.
  • b) Otro malentendido sobre el amor es la frustración que surge de la idea: “Yo ya dí demasiado, el problema es que amé demasiado”. Esto está mal planteado, es una falacia, porque no se puede amar de más. La medida del amor es amar sin medida.
¿Cuál es el gran riesgo de amar? ¿No ser correspondido? ¿Sufrir como Marga López? El gran riesgo, hoy, es no amar totalmente. Al recortarlo, al condicionarlo, el amor se desvirtúa y se termina perdiéndolo.

2.- Horizontes del amor
Entonces, ¿qué es el amor? Es la donación personal que busca desinteresadamente el bien del otro. Es una donación personal: entrega de mí misma, con todo mi ser espiritual y psicosomático.
No basta con dar cosas: es búsqueda, es mi voluntad que decide como máxima expresión de mi libertad. Se ama porque se quiere amar, y querer es un apetito elícito (es decir, precedido por el conocimiento: porque te conozco, te elijo).
Podríamos decir que es un proceso de autoafirmación y de afirmación del otro. El que ama reconoce al amado y lo acepta, en cierto sentido lo confirma, le dice “es bueno que tú existas”: el amor va más allá de mis propias narices.
Es diferente vivir con alguien que para alguien, con un tú reconocido y apreciado no por lo que me da o me hace sentir, sino por lo que él es: finalmente, el amor busca el bien real, no sólo aparente, profundo, no superficial. Lo importante es que el amado sea feliz.
El bien auténtico se contrapone al capricho. De aquí que no exigir del amado lo mejor sea indiferencia, lo contrario del amor. ¿Cuál es el horizonte del amor? El bien del otro, el bien último, no podemos bajar la guardia antes.

Y como la navegación, el amor conyugal tiene sus leyes:

  • a) Renovarse o morir, “trabajar el amor”: el célebre periodista británico Paul Johnson menciona como característica fundamental para un matrimonio feliz el considerarlo como un trabajo. El amor conyugal no es como Nescafé: le das vuelta y lista, es instantáneo.
El amor requiere una búsqueda constante. No basta el sí inicial, hay que renovarlo cada día. Es una conquista diaria. ¿En qué ocupo mi tiempo? ¿En qué se me van las horas de mi día? Me pregunto: ¿qué necesito?, ¿qué me merezco?, ¿cómo pueden los demás facilitarme la vida? ¿O realmente busco la felicidad del otro, de los otros? Yo, ¿qué debo hacer?, ¿qué debo dar?, ¿qué debo quitar?, ¿qué más podría yo añadir?
Buscar las oportunidades en lo pequeño, los detalles marcan la diferencia, te liberan de la rutina. ¿Cómo recibías a tu marido la primera semana después de la luna de miel? ¿Te encontró arreglada, de buen humor, con algún detalle? ¿Cómo te encontró anoche? Si le gustan los chilaquiles, ¿se los preparas o le das hot-cakes? No quieras ser su mamá, sé su amiga, sé su amante.
Haz tuyos los triunfos de tu pareja, interésate por sus cosas; en otras palabras, no le des el avión. No te inscribas al club de la lágrima perpetua, ni pidas tu membresía de la sociedad del quejido (tejido sí, quejido no: queja de todo, queja constante, incluso de que el agua está mojada).
Tampoco vale ser candil de la calle y oscuridad de tu casa, amable con todos a excepción de los que viven conmigo: amargura con trato de exclusividad (sólo trato mal a los que tengo cerca).
  • b) Aceptación y aprecio: ¿aceptación de qué? Aceptación alegre de la decisión que hice de casarme. No fantasees con los futuribles: si hubiera… No permitas que la duda te acose: ¿por qué me casé?.
También aceptación de la otra persona, tal y como es (no como tú quisieras que fuera). Aceptarlo con sus limitaciones, miserias y misterios, y también con sus capacidades, cualidades y grandezas.
Aprecio de lo bueno que hay en tu matrimonio, en tu cónyuge. ¡Reconócelo y celébralo! No dejes de admirar a tu marido y no lo disimules. Demuestra a tu pareja que lo quieres, necesita saberlo. Valora lo que tienes y agradécelo; no vaya a pasar que no veas lo positivo en tu vida por estar concentrada en lo negativo.
  • c) Fidelidad y coherencia: vivir y tratar de vivir de acuerdo con lo que has prometido. Sobre todo en tiempos de tormenta, es fundamental tener claro (no sólo en la mente, sino en el corazón y en la vida diaria) las prioridades.
Dios, tu familia, tu trabajo y lo que quieras. No permitas sofismas, no te metas al triángulo de las Bermudas… ¡Dale tu tiempo y su espacio! Podrán venir tormentas: enfermedades, imprevistos laborales, problemas con los hijos y desavenencias con el marido. Pero si el amor conyugal es fuerte, profundo y real, el matrimonio llegará a buen puerto.
No olvidemos que, como dijo Saint Exupéry: “el amor no es el mirarse el uno al otro, es mirar juntos en una misma dirección”. Maru Cárdenas

miércoles, 15 de abril de 2009

PLANIFICACION FAMILIAR NATURAL

Tenemos a su disposición estos documentos editados por la Universidad de Navarra sobre los temas que se debatieron durante el caso 3, los documentos están en pdf y se pueden solicitar a Marcia formandofamilias@gmail.com


  • DOC 1 CONOCIMIENTO DE LA FERTILIDAD Y PLANIFICACION FAMILIAR NATURAL
  • DOC 2 CONTINENCIA: EQUILIBRIO ENTRE LA SENSUALIDAD Y LA TERNURA
  • DOC 3 LA PATERNIDAD RESPONSABLE
  • DOC 4 SEXO NATURALMENTE Dr Stafort Universidad de Minnesota

EXAMEN DE CALIDAD DEL AMOR

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CASO 3: Ella: Pequeñas tonterías El: Esto será pasajero

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jueves, 9 de abril de 2009

Entrevista: MATRIMONIO, MUCHO MÁS QUE UN CONTRATO

El matrimonio es algo más sublime que un simple contrato entre dos personas; está por encima de un compendio de derechos y deberes. El matrimonio es una alianza por la que, entre otras cosas, un hombre y una mujer se comprometen a darse el uno al otro con olvido de sí mismo. Un hombre y una mujer que encuentran la felicidad propia procurando la felicidad del otro.

Sobre este tema entrevistamos a Aníbal Cuevas, autor del libro “Más allá del sí, te quiero” (Editorial EIUNSA, colección Yumelia, 2007) que también escribe sobre matrimonio en su blog personal www.seraudaces.es

Está muy extendida la idea del matrimonio como un contrato, en él se estipulan los derechos y deberes de cada parte y las condiciones para la ruptura. ¿Qué nos puedes decir sobre esta idea?

Hace algunos meses compré en Nueva York, un libro sobre matrimonio. Aproveché la primera hora libre que tuve en el hotel para comenzar su lectura. No conocía el significado de una palabra, vow, que se repetía para referirse al matrimonio. Pregunté al conserje del hotel. Me explicó que significaba promesa. Continué leyendo y apareció la palabra promise en contraste con vow. Bajé al hall del hotel y le pregunté a un maletero cuál era la diferencia. Promise , me dijo, puede servir para concertar una cita a las ocho. Si no puedo acudir, no pasa nada grave. Vow, afirmó, es el compromiso que adquiero con mi padre en su lecho de muerte. Haré todo lo posible por cumplirlo. Y siguió: “Vow es la promesa que Dios les hizo a Moisés y a Abraham, una promesa que nunca se rompe y que siempre se mantiene pase lo que pase, algo de lo que podemos estar seguros”. En un mundo material se hace necesario que el matrimonio se manifieste en un contrato, sin embargo es vow, una alianza, la entrega a otro. “Mis” derechos y “mis” deberes se sitúan en otra dimensión y pasan a un segundo plano.

¿Cómo se compagina el matrimonio en su dimensión de alianza y en su consideración como contrato?

La alianza de un hombre y una mujer, por medio de la cual se dan el uno al otro tienen unas especiales consecuencias para la sociedad. No se regula jurídicamente la amistad; sin embargo, el matrimonio sí. La razón no tiene que ver con lo afectivo o sentimental. No se regulan los sentimientos. Por medio del matrimonio lo que el derecho pretende proteger es la vida nueva que surge de la relación de un hombre y una mujer. Se trata de dotar a los hijos de un espacio estable que les garantice seguridad física, afectiva y psicológica. La mujer, por su propia naturaleza, asume las responsabilidades propias de la maternidad como algo natural. En el varón no es así naturalmente, el vinculo matrimonial supone un despertador y un compromiso para que el padre asuma y ejerza su paternidad; ayuda al padre a adquirir conciencia de su responsabilidad en la educación y cuidado de sus hijos.

¿Piensas que es importante para la sociedad que existan matrimonios estables? ¿Las rupturas afectan a la sociedad o son algo que sólo afecta a los esposos?

El matrimonio supone un compromiso muy fuerte, aunque es cierto que se trivializa con demasiada frecuencia. Las legislaciones divorcistas facilitan una mentalidad contractualista del matrimonio, generan la idea de que se puede tomar una decisión que en cualquier momento se puede revocar. El matrimonio es un bien para la sociedad y, por tanto, debiera ser protegido, cuidado, blindado. Citaré algunos de los motivos por los que pienso que el matrimonio debe ser protegido: -es muy eficaz en la lucha contra la “violencia doméstica”. Las estadísticas demuestran año tras año que la violencia contra la mujer es, de media, diez veces menor en los matrimonios que en las situaciones de hecho.

-“los padres casados educan mejor”. Es una afirmación que han hecho, entre otros, el Institute for Public Policy Research.

-el matrimonio es una escuela de resolución de conflictos. Cuando se tiene asumido el compromiso que se ha adquirido al casarse es más fácil buscar soluciones civilizadas a los problemas. Cada día hay miles de hombres y mujeres que resuelven sus diferencias de manera respetuosa y pacifica por la sencilla razón de que se quieren querer.

- es el origen de relaciones interpersonales fuertes e indisolubles: paternidad, maternidad, conyugalidad, filiación, fraternidad..... Tener padres, hermanos, tíos, primos, abuelos, etc... proporciona una gran seguridad a las personas. Supone saberse apoyados y ayudados en caso de necesidad.

- esas relaciones generan una red social muy fuerte y cohesionada. Las sociedades con familias fuertemente estructuradas en torno al matrimonio son más solidarias y más libres.

- es la base de la sociedad del bienestar. Son las familias quienes ofrecen apoyo y ayuda a sus miembros parados, a los enfermos, a los niños y ancianos.

En resumen, es la familia la que garantiza que seamos personas y no simplemente individuos aislados. Charles Taylor, filósofo canadiense, afirma que la recuperación de la familia es necesaria para no caer en el “individualismo atomista”.

¿Piensas que el matrimonio está en crisis? ¿puede ser el problema que no se ha sabido adaptar a los tiempos?

El número de divorcios aumenta sin parar, también lo hace el número de parejas que viven sin estar casados. Pudiera parecer que el matrimonio está en crisis, sin embargo existen muchísimas más parejas que viven casados y felices. No creo que el matrimonio esté en crisis, todo lo contrario, pienso que es la solución a muchos de los problemas que se plantean en la actualidad. Son los matrimonios estables los que generan personas más equilibradas y, por lo tanto, más felices.

El matrimonio como institución no está en crisis. La unión estable y comprometida de un hombre y una mujer es el ámbito perfecto para crecer como personas, para saberse queridos y aceptados y para que nazcan nuevas vidas.

Es cierto que el matrimonio debe adaptarse a los nuevos tiempos. Debe saber combinar lo que le es fundamental con aspectos que no contradicen, y muchas veces enriquecen, lo que significa. Es bueno replantearse el papel de la mujer en la sociedad y en el trabajo fuera de casa, es bueno que los roles en el hogar no sean estancos, es bueno fomentar las relaciones de confianza entre padres e hijos. El matrimonio y la familia no son algo estático sino dinámico, como las personas que los componen. La esencia del matrimonio, su naturaleza, origen y fines es lo que no puede cambiar. Si se hiciera ya no hablaríamos de matrimonio, sino de otra cosa. Soy firme partidario de reivindicar la Denominación de Origen (D.O.) para el matrimonio. El matrimonio es la unión estable y comprometida de un hombre y una mujer en orden a amarse y ayudarse mutuamente, así como el ámbito ideal para tener hijos. Extender esta realidad a otro tipo de relaciones no significa adaptarlo, sino deformarlo, difuminarlo.

¿Cómo se entiende que quienes durante años atacaron la familia y el llamado “matrimonio tradicional” como algo anacrónico que esclavizaba a la mujer y oprimía a los hijos, ahora lo defiendan y lo extiendan a otras realidades?

Yo creo que quienes así actúan no defienden el matrimonio y la familia, sencillamente han variado la táctica. Desde sus orígenes el marxismo y otras ideologías atacaron ambas instituciones de frente; ahora, al comprobar que de esa manera no las socavan, han variado su metodología: “si no puedes con ellos, únete a ellos”; ahora utilizan el caballo de Troya. Las ideologías anti-familia, el marxismo y el feminismo radical en su nueva versión denominada “ideología de género”, han entendido que la mejor manera de acabar con el matrimonio es diluirlo en la nada: si todo es matrimonio, nada es matrimonio. Así, con una supuesta “extensión de derechos”, consiguen aparecer como muy sociales y defensores de algo, y ocultan que van en contra. El matrimonio y la familia siempre han supuesto un freno a las principales ideologías que prefieren a las personas aisladas (capitalismo radical) o en grupo (marxismo), para que en cualquier caso piensen poco y cubran la necesidad natural de seguridad que proporciona la familia con la protección del Estado o el consumo desenfrenado.

¿Crees que las ideologías son el principal enemigo de la familia?

Conviene conocer esta realidad para saber argumentar en sociedad y para entender porqué se aprueban determinadas leyes, etc. Sin embargo creo, con Chesterton, que el principal enemigo del matrimonio y la familia se encuentra en el interior de la misma: son el aburrimiento, la monotonía, el egoísmo, la falta de ilusión. El problema y, a la vez la solución, somos las personas, cada uno de nosotros. ¿Porqué, a pesar de los embates del ambiente, sigue habiendo familias estables, unidas, felices? Sencillamente porque viven pendientes unos de otros, porque se saben queridos y quieren, ponen los medios para superar las dificultades. Los matrimonios con éxito no son aquellos que no tienen problemas, sino los que los solucionan.

Por último, y para ser prácticos ¿que aconsejarías a los lectores para que su matrimonio sea feliz?

No existen recetas, pero si hay detalles que se pueden vivir cada día y que ayudan. Casarse no es simplemente decir sí un día. Amar es un verbo de acción, para amar hay que amar. Se ama amando.

La lucha personal por ser mejores: más ordenados, generosos, leales, sencillos, alegres, optimistas son una buena base para una vida matrimonial feliz. Las virtudes hay que vivirlas cada día en detalles concretos, no son algo teórico.

La fuerza del matrimonio es el amor y éste va muy de la mano del sentimiento. Lo fundamental en el amor no es sentir, sino querer, pero hay que considerar que los sentimientos son un estupendo motor. Recomiendo a los esposos que a lo largo del día enardezcan sus sentimientos hacia su cónyuge. Que fomenten los deseos de volver a casa, que se mantengan en contacto durante el día por medio de alguna llamada, SMS, escribir alguna nota o carta, pasear juntos, cuidar la propia imagen (higiene, vestido, etc.) no por vanidad, sino para agradar al otro, recordar los buenos momentos del pasado y esperar con optimismo el futuro pisando con firmeza el presente.

Detalles de convivencia: hacer aquello que le gusta al otro, vivir la fidelidad en lo pequeño, en lo cotidiano, recuperar el sentido del señorío, la caballerosidad y lo femenino. Son muchas las posibilidades que se nos ofrecen, sólo hace falta querer y buscar ayuda, una de ellas puede ser leer un buen libro que dé ideas y tomar notas para ponerlas por obra.

No, definitivamente el matrimonio no está en crisis. Es más necesario y actual que nunca y el éxito depende de cada uno de los esposos.


TEXTO DE APOYO ¿Cómo resolver las diferencias en el matrimonio?

Las diferencias en el matrimonio son parte de la relación, pues a pesar de que sea una buena relación son personas diferentes que se unen para tener un proyecto de vida. Sin embargo en la relación tenemos que aprender a comunicarse, y a discutir correctamente, locuaz es todo un arte.

Para lograrlo:

. Recordar que al comunicarme me estoy comunicando con la persona que quiero y no mi enemigo.
. El objetivo no es lograr que el otro piense y haga como yo quiera es poder aceptar las diferencias, negociar.
. Al resolver las diferencias no debo dañar al otro. No se permiten insultos, subir la vos, agresiones.
. Al discutir no debo quitar el cariño.
. Céntrese en el problema, sea concreto.
. Cuando no esté de acuerdo con algo háblelo en el momento, evite sacar “trapos sucios”.
. No reclame, ni adopte la posición de víctima.
. Elija un lugar adecuado y un momento adecuado.
. En la discusión no se busca ganar se busca llegar a acuerdos.
. No ataque.
. Aparte siempre un momento en el día para conversar.
. Mantengo intimidad con sus pareja, tiempo a solas, metas juntos esto ayudará que la relación sea más sólida lo cual mejora la comunicación.
. Cuide el tono de su voz.
. Si está alterado no es el momento para comunicarse.
. Trate de establecer acuerdos en común. No los imponga
. Conozca cómo es su pareja, qué le gusta, qué no le gusta.
. No ignore las diferencias, comuníquelas
. Cuando el otro hable no interrumpa
. Trate al otro como le gustaría que lo trataran a usted.
. Sea amigo de su pareja, no olvide los detalles.
. Reconozca cuando comete un error, aprenda a pedir perdón.
. No deje que el día se acabe tendiendo al pendiente que conversar
Laura Álvarez

CASO 2: "El tenría que" y "Creo que exagera"

Para ampliar la ficha hacer click sobre ella

miércoles, 1 de abril de 2009

¡¡¡ruido, ruido, ruido!!!

textos de apoyo
Comunicación entre esposos:

Imaginemos a una pareja en la etapa máxima de su enamoramiento. Todo entre ellos es comunicación: se hablan con la mirada, con una y mil frases bonitas, a través de recados, tarjetas, cartas... ¡y hasta por telepatía!

Pero, un día... ¿qué pasa? Algo molesto sucede que rompe la comunicación, y de ahí se desencadenan una serie de situaciones tristes, conflictivas, y tan dolorosas que pueden llegar hasta la fractura o el rompimiento total de la relación: esa pareja ha permitido que el ruido se interponga entre ellos.

Pasa lo mismo que cuando hablamos por teléfono. De pronto puede surgir en la línea un ruido extraño que dificulta el entendimiento. Si el ruido es leve, sólo molesta un poco pero se logra la comunicación, aunque sea a medias. En cambio, si el ruido es estruendoso, hace imposible que llegue el mensaje.

En el caso del teléfono, la situación se arregla volviendo a marcar o conversando personalmente. Pero en el caso de una pareja de novios ¡y sobre todo de esposos! que hayan dejado entrar el ruido en su hogar, el problema se vuelve difícil -aunque no imposible- de resolver. Es importante, por eso, conocer los "ruidos", de todo tipo, que pueden dañar a la pareja, con el fin de evitarlos.

Tipos de ruido

- Egoísmo

El esposo llega del trabajo y no puede, o no quiere, desconectarse de los problemas o pendientes que tiene en su empleo y con ello bloquea la comunicación en su familia.

La esposa está tan entusiasmada hablando de su clase de cocina que no deja al marido hablar de nada más.

Alguno de los dos ha tenido un día horrible y no puede quitarse el mal humor, pero ni siquiera lo intenta, más bien se desquita con el cónyuge o con sus hijos, como si ellos tuvieran la culpa.

Uno de los dos no está en disponibilidad de comunicarse porque está muy cansado, tiene demasiado sueño o se siente mal.

Y en lugar de explicar su malestar, únicamente se duerme dejando a todos con una sensación de no haber sido tomado en cuenta y de que algo anda mal.

Todos estos casos son muestra de que las personas actúan a veces pensando sólo en sí mismas y esto no resulta justo para los demás. Este tipo de ruido resulta ser el más común.

No tiene que ser drástico para que corte la comunicación, basta con que uno de los dos interlocutores -el que habla o el que escucha - no esté realmente con ánimos de conversar para que se impida una verdadera comunicación.

- Activismo

"¡Ya llegué!... ¡ya me voy!" ¿Alguien recuerda esta conocida frase? Se trata de esas personas que llegan "volando" a su casa, nada más para cambiarse de ropa y volver a salir "disparado".

El cónyuge no alcanza ni a contestarle pues los ven como a una ráfaga que cruza varias veces al día por su casa.

Aunque este es un caso exagerado, sí sucede muchas veces que estamos todos tan envueltos en el activismo, que descuidamos la conversación tranquila con nuestra pareja, y esto, tarde o temprano, afecta la unión de los dos.
- Agresividad

No hay nada que corte más la disponibilidad de una persona para escuchar que una ofensa.

Si tenemos quejas o diferencias con nuestro cónyuge o novio, lo mejor es buscar las palabras que tengan el significado de lo que queremos decir pero sin ofender.

Algunas frases que podemos prohibir en el hogar son:

- Te lo dije...
- Siempre que yo... , tú...
- Nunca me...
- ¿Qué?, ¿no entiendes?

Hay veces que el enojo o el orgullo nos hacen imposible este propósito de no ofender, pero es mucho más difícil pedirle a una persona que nos escuche y nos entienda, si se siente ofendida.

Aquí también cabe el otro propósito de olvidar las fallas que se han cometido en el pasado, como quien dice: "borrón y cuenta nueva", ya que el recordar las ofensas es otra forma de ruido dañino.

- "Adivinanzas"

Pedro y Sandra llevan cinco años de casados.

Cada año Pedro se va una semana de pesca y también cada año Sandra se niega a ir con la excusa de que a ella no le gusta dormir en el campo.

Este año, Pedro organizó la cacería para fin de año y pensó que sería bueno invitar a sus hijos mayores, pero no a Sandra.

Pedro pensó: "No le voy a preguntar ni siquiera si me quiere acompañar, ya sé que a ella no le gusta eso de andar acampando".

A su vez, Sandra pensó: "No puedo creer que se vaya a ir en fin de año, que me vaya a dejar sola, sin los niños y ni siquiera me invite".
Aquí puede surgir un conflicto que se pudo haber evitado hablando. Se trata de un marido "adivinador". Es cierto que muchos años de convivencia permiten a la pareja conocerse mejor, pero aun así, en muchas ocasiones es mejor consultar para saber a ciencia cierta los deseos o pensamientos del otro.

Por otro lado, también es más conveniente explicar lo mal que me hace sentir cierta decisión, o que se me tenga "tanta consideración", que armar toda una tragedia interiormente. No esperar que me adivinen lo que realmente quiero si no lo digo abierta y tranquilamente.

- Miedo de hablar:
Miguel piensa que podría tener mejores oportunidades de trabajo en otra ciudad, pero no sabe cómo decírselo a Susana. El cree: "La última vez que toqué este tema, se puso a llorar, mejor no digo nada. Si sólo tratara de comprender la situación".

En otra pareja, vemos que Lucía siente que dos hijos son muy pocos, pero su esposo Alfonso cree que son suficientes. Los embarazos son pesados para Lucía y los dos niños ya se hacen compañía el uno del otro. Ella pasaría otro embarazo difícil con la ilusión de tener una mujercita. Lucía, cada vez que la idea vuelve a su cabeza, piensa: "La última vez que hablamos de eso se puso furioso, mejor lo dejo así".

Es importante ser receptivos y calmados al escuchar a la pareja, motivarla y hacerla sentir que en realidad todo se puede tratar y todo se puede arreglar "hablando".

- Incomprensión

A Eduardo le encanta hacer planes con sus amigos del trabajo.
Siempre se le hace fácil decir que sí podrán asistir a reuniones sin consultar a Marcela.

A Marcela también le gusta salir en pareja pero le agradaría frecuentar más a sus propias amigas con sus novios.

Pero como ambos saben 'que hablando se entiende la gente'...Marcela simplemente le dice a Eduardo: "Me gustaría que cuando hagas planes para el fin de semana me consultes primero".

En otra familia, a Esthela le encanta preparar postres para su familia, pero Horacio lleva un año tratando de bajar de peso y es muy antojadizo. Ella le dice que sí necesita bajar de peso, pero le sigue preparando postres. Horacio buscando obtener comprensión le dice:

"Esthela, ya sabes que me encantan tus postres, pero no me estás ayudando a mi propósito.

Te pido que sólo hagas postre una vez a la semana, así los niños disfrutan y yo sólo batallo un día".

Si estas situaciones no se comentaran, surgiría un sentimiento de incomprensión que podría afectar a la pareja.
- Grandes diferencias

Cuando una pareja se enamora, con tal de consolidar su unión, no da importancia a las diferencias entre los dos en cuanto a cultura, religión, o aspecto económico.

Esas diferencias, a la larga pueden estropear la comunicación en el noviazgo o en el matrimonio.

Otra diferencia importante que debe cuidarse, es el caso de que uno de los dos crezca intelectualmente cuando el otro se queda rezagado pues esto también puede ser factor de desunión.

Se puede dar cuando la mujer persevera en tomar cursos de educación para los hijos o formación espiritual mientras que al marido no le llama la atención.

O bien cuando el marido trabaja mucho y no comunica o explica a su mujer los problemas o cambios importantes por los que pasa su negocio u ocupación.

La esposa, si no tiene oportunidad de formarse y crecer de otra manera, por su ocupación de ama de casa y madre por ejemplo, podrá ir quedándose atrás en conocimientos básicos generales.
Para evitar esto, es importante mostrar siempre un interés sincero en las cosas del cónyuge de ésta manera siempre tendrán temas en común y sentirán el apoyo de la pareja.

- Intervenciones

Es muy fácil que un conocido o familiar ponga ruido en una relación de novios o esposos, pero...¿quién les va a enseñar o ayudar a convivir de nuevo? La base para eliminar este ruido está en confiar plenamente en el cónyuge y no creer nada que se nos diga acerca de él o ella sin haberlo consultado con el 'acusado' primero.

- Silencios

Parece una contradicción, pero el silencio es, en sí mismo, un verdadero bloqueo para la comunicación, porque se puede mal interpretar.

Si bien es importante y hasta bueno que haya silencios en tiempos de paz y alegría, hay que estar siempre atentos a que nuestro silencio no represente un conflicto.

Los silencios después de un enojo, pueden estar motivados por el orgullo. Si éste es el caso, no debemos dudar en romperlo ya que lo único que está causando es una serie de barreras y rencores que no se eliminan con facilidad.

El que se atreve a romper este tipo de silencio orgulloso, es por lo general, el que tiene mayor humildad y habilidad de comunicación de los dos, y con seguridad también es ...¡el más inteligente!


Diana T. de Pozas / Desarrollo y Formación Familiar A.C.